El viraje de espalda es el viraje más complicado de los 4 estilos de natación por excelencia. Este consta de varias partes. La primera es el giro longitudinal a 2-3 metros de la pared, para llegar se permite batido de pierna para llegar. Tras realizar el volteo transversal, el cuerpo queda boca arriba con las manos y los pies a la misma altura para ejecutar de forma correcta la propulsión. Tras esto, se realiza un deslizamiento con movimientos ondulatorios subacuáticos en posición hidrodinámica, es decir, optimizada para reducir al mínimo posible la fuerza de rozamiento con el agua.
Observando gran cantidad de vídeos nos podemos dar cuenta de que a alto nivel el viraje suele ser impecable, simplemente algunos nadadores al coger el impulso van más abajo y otros menos, o pequeños desplazamientos laterales, pero sin embargo, hay gran cantidad de errores. Los más comunes son errores como los de no poner las manos y pies a la misma altura a la hora de impulsarse, girar longitudinalmente demasiado rápido o demasiado tarde, no salir con una buena posición hidrodinámica y empezar el nada con los dos brazos...
La transición al nado se comienza de forma subacuática con el comienzo del rolido, cuándo la cara rompe la superficie, el brazo lo hará con ella pasando ya a la fase de nado. En este instante es cuándo se cambia del batido doble de piernas a los pies de espalda coordinados con las brazadas.
La transición al nado se comienza de forma subacuática con el comienzo del rolido, cuándo la cara rompe la superficie, el brazo lo hará con ella pasando ya a la fase de nado. En este instante es cuándo se cambia del batido doble de piernas a los pies de espalda coordinados con las brazadas.
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