viernes, 30 de septiembre de 2016

Presentación

Soy Antón, alumno del primer curso del ciclo de TSAFD. Lo que a mi más llamativo me ha parecido fueron las clases en la piscina, se convierten en una clase realmente llevadera, sobre todo si te gusta los deportes acuáticos como a mí. El método de clase me ha parecido ideal para la situación, el modo de dinamizar con todos para acelerar el proceso de observación que se hace pesado para los que están fuera. Las clases son más llevaderas de esta forma, de modo que no solo se aplica teoría a la antigua usanza, si no que se combina más la práctica con la teoría.

 Mi parte favorita de esta clase son las horas de piscina, en las que poco a poco, pero también rápido, vamos mejorando nuestra técnica, con cualquier problema que te surja, tanto sea como la respiración a crol, como los pies de braza o el rolido de espalda. En el horario de piscina las clases son agotadoras físicamente, pero sin embargo, no lo son a nivel moral, es una clase diferente, que sirve para desconectar. La perfección de la técnica, por ejemplo a espalda, que es en lo que nos estamos más centrando ahora, avanza rápido. Empezamos por diferentes aspectos, empezando poco a poco con el rolido, sin utilizar los brazos, simplemente las piernas mientras giramos los hombros. Luego pasamos a utilizar un brazo de cada vez al mismo tiempo que el rolido, y pasando a dinamizarlo con los dos. Posteriormente avanzamos a una técnica más específica, haciendo la tracción.

Este proceso lo observamos por grupos, comentando entre los integrantes del mismo, los aspectos positivos y negativos de la técnica de todos los del grupo. A medida que observabamos a todos, cambiabamos el grupo para así obtener más aspectos de otros compañeros de clase y ver la diferencia que tenemos unos con otros, tanto para bien como para mal. El introducir aletas es una parte curiosa de la clase, que refuerza el aprendizaje